9 dic 2009

Las hojas del roble: Soleares de Triana


>

Voz y texto: Las hojas del roble.


Óleos de Ignacio Zuloaga.

Triana, Triana como barrio en el que recalan cantaores de diversas tierras, como El Fillo, que vino de Puerto Real a traernos la gracia de Cádiz engargantá (cerca de un yunque y a golpe de besos se cantaría con la Andonda sus amores y desamores, sus celos y tropelías, quién sabe…).

De la herrería al Zurraque y del Altozano al Tejar del Moro han sonado siempre en multitud de estilos, formas y compases, maridados, como los buenos vinos, con los cantaores que les dieron la esencia y la vida.

Y a lo libre… con el privilegio que confiere sentirse artista, sin ataduras (Los puristas y técnicos criticarán esta libertad, pero donde dicen algunos que no había técnica, había garganta, como Dios manda).

Y se acudía a las tabernas del barrio, a escuchar un cante que rápidamente se extendió por la frescura de su queja, a sentir el lamento agitanao de Silverio, Amaya, Mairena o Chacón.

Estas son nuestras soleares y nuestro homenaje de aire gitano. Van por ustedes.



Desde que te vi aquel día,
estoy que no sé sentir:
lástima de vida mía.

Me mandaron a la guerra
queriendo quitarme de ti:
no existe sitio en la tierra.



Me lanzaste una mirada
en un cruce de caminos:
se me estrechó la garganta.

¿No te acuerdas? Me besaste.
Acaricié tu carita,
y no paro de soñarte

Que me vienen persiguiendo
tus hermanos pa matarme
y yo te sigo queriendo.



Presume de que te quiero:
no se lo puedo negar
a la tierra ni a los cielos.


Gipuzkoa Eibar 1870-Madrid 1945.

Joven Gitana. Mujer tendida con Chal azul Lolita Lacour. Agustina con Chal. Desde el palco.
Guitarra.
Paco Peña Soleá.