Voz y texto: Las hojas del roble.
Óleos de Ignacio Zuloaga.
Triana, Triana como barrio en el que recalan cantaores de diversas tierras, como El Fillo, que vino de Puerto Real a traernos la gracia de Cádiz engargantá (cerca de un yunque y a golpe de besos se cantaría con la Andonda sus amores y desamores, sus celos y tropelías, quién sabe…).
De la herrería al Zurraque y del Altozano al Tejar del Moro han sonado siempre en multitud de estilos, formas y compases, maridados, como los buenos vinos, con los cantaores que les dieron la esencia y la vida.
Y a lo libre… con el privilegio que confiere sentirse artista, sin ataduras (Los puristas y técnicos criticarán esta libertad, pero donde dicen algunos que no había técnica, había garganta, como Dios manda).
Y se acudía a las tabernas del barrio, a escuchar un cante que rápidamente se extendió por la frescura de su queja, a sentir el lamento agitanao de Silverio, Amaya, Mairena o Chacón.
Estas son nuestras soleares y nuestro homenaje de aire gitano. Van por ustedes.
Desde que te vi aquel día,
estoy que no sé sentir:
lástima de vida mía.
Me mandaron a la guerra
queriendo quitarme de ti:
no existe sitio en la tierra.
Me lanzaste una mirada
en un cruce de caminos:
se me estrechó la garganta.
¿No te acuerdas? Me besaste.
Acaricié tu carita,
y no paro de soñarte
Que me vienen persiguiendo
tus hermanos pa matarme
y yo te sigo queriendo.
Presume de que te quiero:
no se lo puedo negar
a la tierra ni a los cielos.
Triana, Triana como barrio en el que recalan cantaores de diversas tierras, como El Fillo, que vino de Puerto Real a traernos la gracia de Cádiz engargantá (cerca de un yunque y a golpe de besos se cantaría con la Andonda sus amores y desamores, sus celos y tropelías, quién sabe…).
De la herrería al Zurraque y del Altozano al Tejar del Moro han sonado siempre en multitud de estilos, formas y compases, maridados, como los buenos vinos, con los cantaores que les dieron la esencia y la vida.
Y a lo libre… con el privilegio que confiere sentirse artista, sin ataduras (Los puristas y técnicos criticarán esta libertad, pero donde dicen algunos que no había técnica, había garganta, como Dios manda).
Y se acudía a las tabernas del barrio, a escuchar un cante que rápidamente se extendió por la frescura de su queja, a sentir el lamento agitanao de Silverio, Amaya, Mairena o Chacón.
Estas son nuestras soleares y nuestro homenaje de aire gitano. Van por ustedes.
Desde que te vi aquel día,
estoy que no sé sentir:
lástima de vida mía.
Me mandaron a la guerra
queriendo quitarme de ti:
no existe sitio en la tierra.
Me lanzaste una mirada
en un cruce de caminos:
se me estrechó la garganta.
¿No te acuerdas? Me besaste.
Acaricié tu carita,
y no paro de soñarte
Que me vienen persiguiendo
tus hermanos pa matarme
y yo te sigo queriendo.
Presume de que te quiero:
no se lo puedo negar
a la tierra ni a los cielos.
Gipuzkoa Eibar 1870-Madrid 1945.
Joven Gitana. Mujer tendida con Chal azul Lolita Lacour. Agustina con Chal. Desde el palco.
Joven Gitana. Mujer tendida con Chal azul Lolita Lacour. Agustina con Chal. Desde el palco.
Guitarra.
Paco Peña Soleá.
Paco Peña Soleá.