12 may 2009

Bodas de sangre Acto Tercero: Cuadro I


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Compañía de baile Antonio Gades
La cuna

Federico García Lorca
Bodas de sangre 1933


Es de noche, grandes troncos húmedos; Ambiente oscuro... Se escuchan dos violines. Salen tres leñadores.

Leñador 1: ¿Y los han encontrado?/ Leñador 2: No. Pero los buscan por todas partes. Leñador 3: Ya darán con ellos./Leñador 2: ¡Chisss!/ Leñador 3: ¿Qué?/ Leñador 2: Parece que se acercan por todos los caminos a la vez.
Leñador 1: Cuando salga la luna los verán./ Leñador 2: Debían dejarlos.
Leñador 1: El mundo es grande. Todos pueden vivir de él.

Leñador 3: Pero los matarán.Leñador/ 2: Hay que seguir la inclinación: han hecho bien en huir.

José Cúneo 1933
Luna
(...)Esta noche tendrán
mis mejillas roja sangre,
y los juncos agrupados
en los anchos pies del aire.
¡No haya sombra ni emboscada.
que no puedan escaparse!
¡Que quiero entrar en un pecho
para poder calentarme!( ...)

La Novia y Leonardo huyen hacia las montañas, abrasados por la pasión y el amor que los consume, van en busca de su destino.
Ha oscurecido; fuerzas sobrenaturales están por entrar en acción, en el oscuro bosque, la Luna, uno de los símbolos más empleados por Lorca clama sangre y venganza. Junto a la muerte; en la figura de la Mendiga celebran su rito sangriento, la Luna con voz propia clama sangre y venganza a la Mendiga. Ésta guía al Novio hasta los amantes y hacia su propia muerte.
Lorca también recurre al coro para que defienda a los que siguen su inclinación natural;el amor: El gran amor que une a la pareja. Los leñadores hablan de la huida da de los amantes:

Leñador 1: Se estaban engañando uno a otro y al fin la sangre pudo más.
Leñador 3: ¡La sangre!Leñador 1: Hay que seguir el camino de la sangre.
Leñador 2: Pero sangre que ve la luz se la bebe la tierra.

Leñador 1: ¿Y qué? Vale más ser muerto desangrado que vivo con ella podrida.
Leñador 3: Callar.Leñador 1: ¿Qué? ¿Oyes algo? Leñador 3: Oigo los grillos, las ranas, el acecho de la noche.

Leñador 1: Pero el caballo no se siente.Leñador 3: No Leñador 1: Ahora la estará queriendo.

Leñador 2: El cuerpo de ella era para él y el cuerpo de él para ella.
Leñador 3: Los buscan y los matarán.

Escenografía y Figurines(Genio)
del pintor español José Caballero
Leñador 1: Pero ya habrán mezclado sus sangres y serán como dos cántaros vacíos, como dos arroyos secos.

Leñador 2: Hay muchas nubes y será fácil que la luna no salga.
Leñador 3: El novio los encontrará con luna o sin luna. Yo lo vi salir. Como una estrella furiosa. La cara color ceniza. Expresaba el sino de su casta.
Leñador 1: Su casta de muertos en mitad de la calle.Leñador 2: ¡Eso es!
Leñador 3: ¿Crees que ellos lograrán romper el cerco?

Leñador 2: Es difícil. Hay cuchillos y escopetas a diez leguas a la redonda.
Leñador 3: Él lleva buen caballo.Leñador 2: Pero lleva una mujer.
Leñador 1: Ya estamos cerca.Leñador 2: Un árbol de cuarenta ramas. Lo cortaremos
pronto.Leñador 3: Ahora sale la luna. Vamos a darnos prisa.

(Por la izquierda surge una claridad)

Leñador 1:¡Ay luna que sales!
Luna de las hojas grandes.
Leñador 2: ¡Llena de jazmines de sangre!
Leñador 1: ¡Ay luna sola!
¡Luna de las verdes hojas!
Leñador 2: Plata en la cara de la novia.
Leñador 3: ¡Ay luna mala!
Deja para el amor la oscura rama.
Leñador 1: ¡Ay triste luna!
¡Deja para el amor la rama oscura!


En declaraciones concedidas al periodista Pedro Masa en 1933 a propósito del momento que más le satisface de la obra; Federico García Lorca afirmó: "aquel donde intervienen la Luna y la Muerte, como elementos y símbolos de la fatalidad. El realismo que preside hasta ese instante la tragedia se quiebra para dar paso a la fantasía poética, donde es natural que yo me encuentre como pez en el agua".

(...)Cisne redondo en el río,
ojo de las catedrales,
alba fingida en las hojas
soy; ¡no podrán escaparse!
¿Quién se oculta? ¿Quién solloza
por la maleza del valle?
La luna deja un cuchillo
abandonado en el aire,
que siendo acecho de plomo
quiere ser dolor de sangre.

¿Quién se oculta? ¡Afuera digo!
¡No! ¡No podrán escaparse!
Yo haré lucir al caballo
una fiebre de diamante(...)


Mendiga acurrucada
1902
Pablo Picasso
Esa luna se va, y ellos se acercan.
De aquí no pasan. El rumor del río
apagará con el rumor de troncos
el desgarrado vuelo de los gritos.
Aquí ha de ser, y pronto. Estoy cansada.
Abren los cofres, y los blancos hilos
aguardan por el suelo de la alcoba
cuerpos pesados con el cuello herido.
No se despierte un pájaro y la brisa,
recogiendo en su falda los gemidos,
huya con ellos por las negras copas
o los entierre por el blanco limo.

¡Esa luna, esa luna! (Impaciente.)
¡Esa luna, esa luna!


Luna:
El aire va llegando duro, con doble filo.

Mendiga: Ilumina el chaleco y aparta los botones,
que después las navajas ya saben el camino...

Luna: Pero que tarden mucho en morir.
Que la sangre me ponga entre los dedos su delicado silbo.
¡Mira que ya mis valles de ceniza despiertan
en ansia de esta fuente de chorro estremecido!
Continuará.