19 ago 2007

Julio Romero de Torres II Apuntes




Audio:
Valderrama y Juanito Valderrama
Romance a los Gitanos

Julio Romero de Torres
Pintor español
Córdoba 1874 -Córdoba 1930

Julio Romero de Torres
Cordobesa-Óleo
El exponente más representativo de la identidad cordobesa de principios del siglo XX.Reconocido tanto en España como en el exterior Julio Romero Torres incursionó en la pintura cuando ésta transitaba bajo muy opuestas influencias.
Su estilo transita entre el romanticismo, el realismo social y fotográfico, el impresionismo, el academicismo floklorista, el simbolismo francés y el prerrafaelismo inglés.

La Argentinita
Encarnación López Júlvez
Cantaora- Bailaora

hacia 1915 Óleo
Biografía
Museo Julio Romero de Torres

Juventud

Julio Romero de Torres comienza su formación académica en el Instituto Góngora. Estudios que compagina con los de solfeo y pintura, estos últimos bajo la tutela de su padre y el estímulo de su hermano mayor Rafael.
Heredó de su padre el gusto por el realismo que reflejaría un sus paisajes y bodegones. Su pintura se inspira en las corrientes pictóricas de finales del siglo XIX. Sus primeras obras están marcadas por un realismo de contenido social, además de por el impresionismo y el modernismo simbolista. Influencias y tendencias que marcaron su primera etapa como pintor.
Su primera obra conocida, Cabeza de árabe, pintada en 1889, cuando tan sólo contaba con 15 años de edad, se enmarca dentro de Realismo.


Seis años más tarde pinta Mira que bonita era, de influencia realista con el que obtuvo Mención Honorífica en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

En 1897 pinta para esa misma exposición Conciencia Tranquila, dentro de la línea del realismo social, obteniendo una tercera medalla. Dos años después se casa con Francisca Pellicer López de cuya unión nacieron Rafael, Amalia y María. Durante este tiempo imparte clases en la Escuela de Artes y Oficios y trabaja en la restauración del artesonado de la Mezquita-Catedral. En 1900 pinta La Siesta, de estilo próximo al arte impresionista y al iluminismo de Joaquín Sorolla.

Estas obras van dando paso a otras de carácter más personal donde el artista elige a la mujer como tema argumental, obteniendo con el cuadro titulado Rosarillo la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes. En 1905 pinta una serie de murales para el Círculo de la Amistad donde predomina el Simbolismo que marcaría su obra, cuadros estos que pintaría un año después de ser nombrado académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1906 pinta Vividoras del Amor, donde vuelve a retomar la línea del realismo social, haciendo una fuerte crítica a la marginación, cuadro que presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes, provocando el primer escándalo de su carrera como pintor.

Es a partir de entonces cuando comienza a relacionarse con los círculos intelectuales y artísticos del Madrid de la época. Allí conoce a Valle-Inclán, figura clave del modernismo español, que le anima a conocer a los grandes maestros de la pintura universal. Emprende viaje a Italia donde puede admirar a los sublimes artistas del renacimiento; Francia, donde descubre el Simbolismo de Puvis de Chavannes y Gustave Moreau; Inglaterra, donde toma contacto con el Prerrafaelismo de Gabriel Rosseti y Burne Jones; Países Bajos y Marruecos.

Madurez.

Tras los viajes realizados por Romero de Torres, éste ha conseguido afianzar una personalidad pictórica propia, ha confirmado un nuevo estilo que va a dar su primer resultado en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1908, donde presenta el cuadro Musa Gitana, galardonado con la 1ª medalla de oro. También presenta a este mismo certamen El amor sagrado y el amor profano y Nuestra Señora de Andalucía, obra que fue muy elogiada por Valle-Inclán.

Estos lienzos contienen ya los elementos estéticos que van a caracterizar su obra: el profundo simbolismo y sus argumentos alegóricos, la precisión de las formas, el dominio del dibujo, el deslizamiento de la ténue luz sobre las figuras, la supresión de la dureza del contraste, el artificio poético de los escenarios, el miniaturismo de los fondos idealizados, la morbidez de los cuerpos femeninos, las hábiles veladuras y la ondulación de los pliegues en los ropajes.

Estas obras adelantan también la temática elegida por Romero de Torres: el flamenco y la copla, con todos los matices de su costumbrismo popular y sus componentes, amor y celos, pena y muerte, pasión; la mujer como protagonista, sensual, trágica y de expresiones ambiguas; la dualidad de la vida entre lo religioso y lo profano.

En 1910 con Retablo del amor estalla un nuevo escándalo en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Políptico en el que resumen las distintas maneras de amor posibles en una mujer, que fue creiticado por los sectores del arte oficial y, nuevamente, defendido por los círculos intelectuales y la prensa. Valle-Inclán animó al pintor cordobés a exhibir la obra en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Barcelona del año siguiente, donde obtuvo la Medalla de Oro.
Es esta época comienza a realizar retratos por encargo, faceta en la que sería muy prolífico y donde plasmaría personalidades del Gobierno, la aristocracia, las artes y la tauromaquia.

La polémica volvió a surgir en la Exposición Nacional de 1912, a la que Romero de Torres presentó La consagración de la copla, Las dos sendas y el retrato de Pastora Imperio, entre otras obras, sin conseguir ningún galardón, lo que originó repetidas protestas de los intelectuales y la prensa, hasta el punto que el diario La Tribuna abrió una suscripción popular para donar al artista una medalla de oro en compensación por la ausencia de premios.
En 1912 es nombrado miembro numerario de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles

El aumento de su prestigio, llevó al pintor cordobés a ser integrante de la tertulia de la Sagrada Cripta del Café de Pombo, en la que se daban cita los hermanos Zubiaurre, Victorio Macho, Iturrino, Solana, Rusiñol, Bagaría, Bartolozzi, Bacarisse, Manuel Abril, Tomás Borrás, Jose Bergamín, Ramiro de Maeztu, Guillermo de Torre, Alcaide de Zafra y José Argüelles, entorno a Ramón Gómez de la Serna.

Así mismo, frecuentaba con más asiduidad la tertulia de Fornos, donde se reunía con Valle-Inclán, y era estimado por los doctores Gregorio Marañón, Florestán Aguilar, (dentista del rey); los artistas Ignacio Zuloaga, Julio Antonio y Sebastián Miranda; los escritores Miguel de Unamuno, Benito Pérez Galdós, Jacinto Benavente, Francisco Villaespesa, Manuel Machado, Julio Camba, Eduardo Zamacois, Emilio Carrere, Alfonso Vidal y Planas y Corpus Barga.

Su esperado triunfo en Madrid no llegó hasta 1915. Ese año, se presenta en la Exposición Nacional en una sala especial y sin opción a premio donde muestra, entre otras, el políptico Poema de Córdoba y La gracia, esta última adquirida en el año 2000 por el Ayuntamiento de Córdoba para exhibirse junto a su complementario El pecado.

Es nombrado profesor de Dibujo Antiguo y Ropajes de la hoy Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, Madrid. Ubicando su estudio en el número 73 de la Calle Pelayo, actual sede de la Sociedad de Autores.

Consagración final.

En 1918 realiza una exposición individual en el Majestic-Hall de Bilbao, donde cosechó un rotundo éxito con Carceleras y La saeta. El reconocimiento internacional llegaría al año siguiente, en 1919, con la obra La musa gitana, asombrando a los franceses en una Exposición de Arte Español en París, donde ya había mostrado Vividoras del amor, tras la polémica suscitada en España, obra que consiguió los mayores elogios de los críticos galos, mientras que Marta y María hace lo propio en Londres.

Sin embargo, su mayor éxito internacional lo encontraría al otro lado del Atlántico. En agosto de 1922, inaugura una exposición individual en la Galería Witcomb de Buenos Aires en la que vendió toda la obra expuesta, excepto La muerte de Santa Inés y Contrariedad, lienzos que quiso conservar por razones sentimentales. Pero su éxito no se limitó a vender todos los lienzos de la exposición, sino que recibió numerosos encargos que le hicieron prolongar su viaje durante dos meses.

Un año después, recibiría la visita de la Reina María Cristina en su estudio de Madrid, que desde 1916, es frecuentado por sus amigos intelectuales, entre los que se encuentran Valle Inclán y los hermanos Manuel y Antonio Machado.

En 1925, el Rey Alfonso XIII visita su estudio de la plaza del Potro y se centra en su faceta de retratista, debido a la gran cantidad de encargos que recibe, aunque tiene tiempo para pintar otra de sus grandes obras, Arcángel San Rafael.

En 1927 hace un homenaje a La copla, a la que simboliza a través de una muchacha que recorre los caminos de Andalucía, y una aproximación al bodegón, por supuesto desde la originalidad que caracterizó toda su obra, con Naranjas y limones.

La Virgen de los Faroles, encargo hecho para ser colocado en el fachada Norte de la Mezquita-Catedral, pone de manifiesto el concepto dramático de los pintores del barroco tardío.

Ultima evolución.

Pinta En la ribera, lienzo en el que se aparta de su temática habitual literarios para plasmar una impresión intimista de su estado de ánimo, la nostalgia.

Sin embargo, este alejamiento no es duradero y, durante dicho año, desarrolla incansablemente el grupo de obras que él mismo tituló Chiquitas buenas, donde plasma diversos y variados retratos de rostros femeninos. También de este año son dos obras cumbres, Rivalidad, donde vuelve a cultivar el desnudo integral, y Viva el pelo.

Vuelve a Córdoba muy aquejado y pinta entre 1926-1928 Ofrenda al arte del toreo y Cante hondo, lienzo este último que parece preludiar su muerte. A través de la representación del flamenco reune sus diversas temáticas, el amor, los celos y la muerte, todo ello gira en torno a una figura femenina desnuda tras la que aparece un ataud blanco similar al de la obra ¡Mira qué bonita era!, como si fuera un recuerdo de su juventud, mientras que sus hijos y su galgo Pacheco lloran sobre él.

Pinta también La nieta de la Trini, homenaje a la cantaora de malagueñas, donde rememora su primera época, aunque su composición es un recuerdo de La musa gitana.
Vuelve en Navidad para preparar la Exposición Iberoamericana de Sevilla que se inaugura en febrero de 1930 en la Casa de Córdoba. Las obras allí expuestas van a ser el origen del museo.
Julio Romero de Torres se siente agotado. El 24 de marzo se agrava su estado de salud, deja la pintura y se dedica a leer. Fallece el 10 de mayo, a los 56 años. En su caballete quedarían sin terminar La condesa de Colomera y Monjita, junto a ellos, su última obra acabada, La chiquita piconera.

Creacion de un mito.
La muerte de Julio Romero de Torres fue sentida por toda Córdoba. Se cierran los comercios, los cafés, las tabernas, los taxis se enlutan con crespones negros, los pésames se suceden y la Casa del Pueblo insta a los obreros a honrar al pintor, "trabajador incansable, eminente obrero del arte". Su cadáver se expone en la capilla ardiente instalada en el Museo de Bellas Artes, donde es despedido por una inmensa muchedumbre. A hombros de obreros, el féretro es llevado hasta su tumba.

Los homenajes se suceden, Romero de Torres se convierte en un mito y es a partir de entonces cuando la tradición popular comienza a crear una imagen tópica y distorsionada del artista.


Fuente:
Museo Julio Romero Torres
Obtenido en:http://www.museojulioromero.org/web_esp/index.htm


La Copla.
Posa Josefa Suárez Paria Óleo 1927

Museo Julio Romero Torres

Obra en la que Romero de Torres aborda el tema de la copla, que ya trató en su obra La consagración de la copla, se vale de una modelo femenina para ello.
El personaje lleva mantón rojo, en sus medias de seda una navaja símbolo de la tragedia y en su mano una guitarra que simboliza el lirismo andaluz y su máximo exponente: el flamenco. Al fondo, Córdoba: el Guadalquivir, Puente Romano, Puerta del Puente, Torre de la Calahorra y el Campo de la Verdad. Esta obra fue reproducida por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en un sello de 40 céntimos.
La temática del flamenco y la copla aparece también en: Malagueñas, Seguidillas, Cante hondo, Alegrías, La saeta y Carcelera.
La modelo es Josefa Suárez Paria que posó también para Viva el pelo y La niña de las uvas.


Enlaces recomendados:

Ciudad de la Pintura 11o obras del autor.
Julio Romero de Torres Biografía.

Asociación Cultural Nueva Acrópolis en Córdoba
Artículos
Retrato de un maestro.
El Santuario de Julio Romero Torres.
Primeros años, primeros lienzos.
Descubrimiento del Genio.

El rincon de Leodegundia Julio Romero Torres.
Antonio Guerrero Semblanza del hombre
Mujeres de Córdoba Romero Torres.
Magazine El Mundo La Mujer Morena.
Juanita eres mi reina. Vida y Obra de Julio Romero Torres. Asociación de Artistas Plásticos Andaluces.

Azul Ceniza. Julio Romero Torres.